viernes, 2 de noviembre de 2012

Hong Kong apesta

No sé si sabréis que me fuí a la China la semana pasada. Había quedado allí con Angela y Paula, en Shanghai, para tomarnos unas birritas, ya tu sabes...

Pues resultó que no era tan fácil como pensaba. 
Como no tengo "Alien Card" (visa de trabajo), pues los chinos no me daban la visa para entrar en Shanghai, asi que el de la agencia de viajes, que se las sabe todas, me dijo; nada, nada, esto es muy fácil, ya sé lo que vas a hacer, te vas primero a Hong Kong, te vas a este sitio que lo lleva un amigo mío indio, y te sacas la visa. No tienes ni que pasar la noche.
Y yo, ojiplática; bueno, bueno, tranqui, vale, pero me quedo un par de días que paso de que haya algún problema y no me la den tan rápido.
Y el tío me dice, no, si total al dia siguiente de que llegues, es festivo, asi que como no la hagas al llegar, pues puede que tengas problemas para conseguirla para el miércoles (el dia que se suponía tenía que estar en Shanghai).

En fin, que me meto en unos líos de puta madre por dejarlo todo para el final...

Pero bueno, todo salió bien.
Dormí en casa de una Couchsurfer, Lorie, de Shanghai, y me saqué la visa sin problemas en una agencia llena de indios muy majos.
Me recorrí Hong Kong de arriba abajo, con 30 grados por lo menos, y una humedad increíble.
casi acabo con mi salud, y aún quedaba Shanghai!
No me lo podía creer...
Gracias al cielo que en Shanghai pude dormir con Angela en su supermegalujoso Hotel. Allí pude dormir bien por fin, sin miedo a que las cucarachas treparan por mis piernas...en fin. Hong Kong, ahí te quedas, no creo que nos volvamos a ver. 

Aviso, las fotos no le hacen justicia a la ciudad, es un asco total.




















    Esto son andamios, construyen así hasta los rascacielos!









    
Los árboles eran alucinantes. Debía de ser bastante selvática la zona, porque eran enormes e intentaban luchar contra el asfalto saliendo por todos lados.
Es una pena que se hayan cargado toda la isla y la hayan llenado de edificios. Ni siquiera hay casas, todo son edificios enormes. Y parques? olvídate.
  
                    

                       





















Esa fruta enorme que no sé como se llama, huele fatal, pero fatal fatal. Luego el sabor mola bastante, lo que hay que hacer es no olerla mientras la comes, lo cuel no es para nada sencillo.




Había un montón de mercados. Este, de peces de colores. Pobriños, que vida. En una bolsa de plástico.





Este es el mercado de pájaros. Las jaulas eran preciosas. Vendían de todo, gusanos, saltamontes...todo exquisiteces para pajarillos mimados.
Encontré un tucán en una esquina, encerrado en una jaula. Nunca había visto uno de verdad, y es increíble, precioso. Parece de mentira de lo bonito que es. Me quedé horrorizada de verlo ahí, no sé si será legal, no creo.





 Como había tanta comida, venían todos los gorriones y demás pájaros a ver si pillaban algo. O quizá iban a darles palique a los pobres presos.
No sé pero por lo menos, yo me pude tumbar un rato en un banco y descansar con los cantos de los pájaros de fondo.
Ca-si parecía que estaba en un parque.  

2 comentarios:

  1. Hahahahahaha Bueno, un poco cocho sí que parece. Y me ha hecho muchísima gracia lo de los gorriones que iban a hablar con los presos ¡como en la cárcel de Cerdeña!

    Y por las fotos parece como un Nueva York asiático...

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    1. Si, pues si Nueva York huele asi de mal, yo creo que paso de ir...

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