Este es mi barrio, Geoyeo, que se pronuncia Gioyo, toma ya!
Haciendo esta foto me di cuenta de que no muy lejos hay una montaña, habrá que ir a ver que se cuece.
Es un barrio más bien residencial, muy tranquilo, con cole al lado y varias iglesias.
Los domingos todo el mundo canta en la misa y se escucha desde mi habitación. Mola.
Esta es la señora que se pone en la esquina a vender calabacines y berenjenas. Porque eso redondo tambien son calabacines. Doy fe.
Me queda a una hora en metro de todo lo que interesa en esta ciudad, pero vale la pena.
No hay un solo occidental, de hecho la gente flipa un poco conmigo.
La de la panederia me regala bollos cada vez que voy, me voy a poner como una vaca, porque están buenisimos.
Pero también hay una plaza! está a cuatro paradas de metro, lo cual es nada.
Y es muy old school, verduras, frutas, pescado vivo...
Por supuesto ni un guiri, y nada nadita de inglés.
Con deciros que compré como dos kilos de arroz pensando que era quinoa...(hay mil tipos de arroz, muuuy raros) y calabacín en vez de calabaza. Es lo que tiene no entender los letreros y dejarte guiar por tu instinto en un país en el que to-do es diferente.
Esto son algas
Rabanos y ajos tiernos, os que queiras
Aqui todo, cortadito y peladito, listo para la paella.
Desde luego, pescado y marisco hay hasta más que allí. Pero claro, pídele tu una merluza a la señora...
Esta era la zona del pescado seco, que les encanta.
Parece que estén nadando.
Montañas de camarones supongo que cocidos
Desde luego, para tomarle el pulso a una ciudad nada mejor que ir a las plazas. Eso sí, como se pongan lerchas en plan las placeiras de la plaza de Lugo vas a flipar :-)
ResponderEliminarQué rico parece todo!! ñam ñam. Bien de verduritas, hortalizas y pescado. Eso sí, no veo mucha fruta, por ahí. ¿Cómo va la adaptación al medio? ¿Lo llevas bien? Parece todo tan distinto e interesante que no creo que haya mucho tiempo para la morriña... Bicos
ResponderEliminarBueno, la morriña gallega está siempre ahi, al acecho.
EliminarSiempre hay algo que te recuerda a casiña, y sobre todo, lo fácil que era vivir allí!
Aqui me las veo y deseo cada vez que quiero comprar un calabacín.
Mi siguiente reto es hacerme la cera, entro en todos los sitios que me parece que puedan hacerla, yo no sé si me entienden o no, pero tengo al vecindaro desconcertado.
Ya te contaré si me vuelvo a poner pantalones cortos...