Las luces de neón me ciegan

Joé como son los coreanos en las tiendas.

Que te pones a mirar una camiseta, ya tienes a una coreana pequeñita y muy maquillada pegada a tu culo.

No exajero, pegada a ti, mirando la prenda que tu estás mirando y sonriéndote.

Y claro, tu al principio la miras y crees que quiere algo, pero no. A ella le pagan para estar ahí, oliéndote el pelo.

A la primera le sonríes educadamente, con la segunda te sientes un poco incómoda, y a la tercera ya la miras con cara de como no te apartes te doy una ostia.

Pero nada, la tía ahí encantada.

Haciéndome señas todo el rato para que me pruebe la ropa (en este centro comercial si que te dejan probar).

Si accedes a probarte algo, te meten en una esquina de la tienda con una cortina y listo.

Y tu tienes que dejar la mochila, desvestirte, y volverte a vestir, en un triángulo mínimo lleno de los que supongo que son los zapatos que llevaban puestos las dependientas cuando entraron a trabajar.

Por supuesto no hay espejo, así que tienes que salir al medio de la tienda a mirarte y la dependienta fan, te empieza a poner accesorios, bufandas, una gabardina...todo para que te hagas a la idea de como te va a quedar el vestido debajo de un montón de ropa. Muy normal.

A ver, si me tapas el vestido, no me veo, y al final no me lo compro.

Eso, si tienes la gran suerte de tener "las medidas",

porque este es el país de la talla única. Gracias a Dios que es exactamente mi talla.

Ahora entiendo porque todas las americanas van tan mal vestidas.

Lo de los zapatos es que ni me atrevo a preguntar si tienen mi talla. Pero parece que tienen del 34 al 36.

Menos mal que traje botas.

Hoy me han informado de que ya pertenezco oficialmente al club de los que bajamos y subimos las escaleras en el metro.

Soy el nº 5, como Djukic.

A cuidarse!