sábado, 23 de febrero de 2013

Escola Alegría

Uno de nuestros compañeros de piso estuvo viviendo en Brasil tres años y cuando volvió a Corea, montó una escuela de Samba, a Escola Alegría. A mi por el nombre me pareció una secta cristiana, pero luego fuimos y vimos que era un bajo con un montón de instrumentos brasileiros, y donde la gente va a bailar, a tocar y a hacer capoeira y baile africano. Popurrí. Está muy bien, tiene hasta su propio bar, donde sirven cerveza y manduca a precios populares. Son todos super riquiños y hacen algunas actividades gratis, a las que Luis y yo asistimos religiosamente. El otro día fuimos a unas clases de samba. Es bastante extraño que un coreano te enseñe a bailar samba, pero no te creas, bailan bien los tíos.
Otro día se supone que yo les enseño a bailar salsa, van apañaos.

Hace unos días vinieron a cenar unos amigos de esta pareja que vive con nosotros y lleva la Escuela de Samba. Eran unos amigos de Burkinafaso. Dos chicos y una chica guapísima que daban clases de música y baile africano en otra ciudad de Corea.
Tocamos, cantamos, y jugamos al Gostop, un juego de mesa coreano que es muy divertido, pero con el que puedes perder bastante pasta.
Parece que estamos de Erasmus. 
No puedo esperar a hacer una fiesta en la casa y que vomitemos todos por la ventana.




 

Aquellos maravillosos años

Viviendo en esta casa me siento un poco como en un piso de estudiantes.
Somos cinco, así que eso ya hace que haya movimiento siempre en la casa. Casi siempre hay alguien tocando la guiatarra o cantando por la casa. Eso mola mucho.
Hay alguien, no sabemos quien, y no vamos a preguntar, que se come alguna de nuestra comida.
Pero hasta ahora, se nos ha compensado con lo mismo, entero, al día siguiente. Así que por ahora, me parece un buen sistema.
El baño, bueno, eso es algo complicado. Nadie quiere estar mucho tiempo en el baño, (nadie en su sano juicio querría) porque hace la misma temperatura que en la calle, es decir, normalmente entre 2 y -3 grados.
Es el único sitio de la casa que no tiene calefacción, y da igual lo que hagamos, que es imposible aislarlo.

Bueno, pues si no quieres ir a hacer pis en medio de la noche, o pasar mucho rato lavándote los dientes, menos ganas tienes de limpiarlo. Así que hoy decidí que alguien tenía que tomar las riendas de la situación, echarle huevos, y limpiarlo. Estuve como dos horas. Limpié hasta las paredes, creo que no lo habían limpiado desde que se mudaron aquí. Y de eso hace ya dos meses. En fin, ya está hecho. Pero yo me voy a seguir duchando en el gimnasio.



Señora, ha visto usted mi guante?

El otro día perdí un guante. 
No eran unos guantes cualquiera, no te creas. Me aislaban de este maldito tiempo coreano, y además eran super molones. Como de piel vuelta por fuera, y de pelo de animal por dentro. Por supuesto falsos. 
Se me cayó por la calle, mientas iba bebiéndome un vaso de agua caliente que me dieron en una pastelería. Aquí pides un vaso de agua y te dan agua caliente, la mezclan con agua fría, pero vamos, que está caliente. Yo pensé que eso era un truco para vomitar, pero bueno, me la bebí porque me moría de sed, y en esas, se me debió de caer el guante. 
Me dí cuenta en el super, que tampoco es un super cualquiera, es el EMARKT. Es como el Carrefour, pero todo coreano, asi que imagínate, es maravilloso. Nos ponemos nerviosos cuando vamos, hay tantas cosas...pasillos y pasillos de cosas que no sabes lo que son y que parecen, y deben ser, una trapallada, pero eso no hace que dejes de desearlas.
Cada vez que vamos nos gastamos como 70 euros, así que intentamos ir poco. No hay manera de gastarse menos, es imposible. Que si esto, que si lo otro, venga unos fideos, venga unas hambuguesas que están de oferta (porque caducaban ese día, claro. Así que ahí nos vimos, con 10 hamburguesas que había que comerse si o si). La perdición.
Y allí mismo, delante del tío que te hace reverencias cuando entras en el super, me dí cuenta de que me faltaba un guante.
Así que panicando, como diría Eliana, me fuí a hacer todo el camino de vuelta a casa. No podía perder un guante, no jodas, o pierdes los dos, o no hay trato. Fuí hasta la pastelería donde me dieron el agua, pero la tía me miraba con cara de marciano mientras yo hacía aspavientos y señales de como se pierde un guante.
En la pastelería no estaba, eso quedó claro. Así que me volví al super cabizbaja y pensando como puede haber alguien tan cruel como para llevarse un guante, ¡un guante! Vamos, qué vas a hacer con un guante, eso lo haces a mala idea. Lo normal es dejarlo a un lado de la acera, como un gato atropellado, o encima de una barandilla para que su dueño lo recoja. Pero no, ese pequeño coreano sin escrúpulos, se lo llevó a su casa.
Pues que te aproveche, no voy a hacer un drama de esto. Pero cuando llegué a casa, tenía una mano 5 años más vieja que la otra. Eso se nota a simple vista. Y no pienso comprarme otros guantes, para un mes que queda de frío, seguiré usando los que tienen un agujero y se me sale un dedo.
Sólo espero que tu conciencia no te deje dormir por las noches.


lunes, 11 de febrero de 2013

Hogar, dulce hogar

Después de que mi compañera de piso nos dijera de manera muy sutil que teníamos que "abandonar la casa", alquilándole nuestra habitación a otra chica con nosotros dentro. Nos hemos mudado.
Si, tal cual. Lo de la tía esta es que no hay por donde pillarlo. Nada más llegar de vacaciones de Navidad nos dice que nos tenemos que mudar, que se lo ha pensado bien y que no le apetece vivir con una pareja (¿¿??).
Vale, de puta madre, sin problema, pero me lo podías haber dicho antes de marcharme a Coruña hace dos meses y te dejara la habitación pagada. Que lista la coreanita.
Pero nada, buen rollo, nos ponemos a mirar pisos y listo. Con calma que no hay prisa.

No había prisa hasta que a los dos días le alquila nuestra habitación a una pobre chica que tiene que dormir en una habitación que no tiene nada, ni siquiera cama. Así que la tía esa, está durmiendo en el suelo, esperando a que dejemos la habitación libre.
No creo que haya sido una situción muy cómoda para ella, pero como comprenderán las dos, no es mi problema si tiene que dormir en el suelo un mes, yo no me voy hasta que no encuentre algo que me guste. 

Claro, como si fuera tan fácil.
Después de dos semanas de búsqueda y tensión en casa, encontramos nuestra casita.
Es una casa de dos pisos en un barrio bastante "auténtico" por llamarlo de alguna manera.
Es una zona que hasta hace unos años era prácticamente campo, no había nada. Y ahora están construyendo unos rascacielos que se te va la olla. Pero es al otro lado de la avenida, porque de nuestro lado, todo sigue como hace 70 años.
Bastante cutre, puestos callejeros y casas bajas de dos plantas.
Mola mucho. Y lo mejor, es que estamos en el centro en 10 minutos, y eso, no tiene precio.

La casa está bastante hecha polvo, pero es muy bonita y tiene patio (porque no lo voy a llamar jardín si no tiene hierba) y una terraza enorme en el segundo piso.
En el primero vivimos nosotros, en una habitación enorme con tres ventanas enormes que dan a árboles.
La habitación está orientada al sur, así que tiene muchísima luz durante todo el día. También viven una pareja de coreanos muy majos que hablan un poco de brasileiro, y una chica coreana que todavía no conocemos porque está fuera.

A final de mes la pareja se va al segundo piso, y viene un americano (ooooooh...) a su habitación.
Pero bueno, no hay que ser racista, no todos los yankis estás locos como nuestra querida Heejin.

Ahí van unas fotillos de la casa.








  



   
 Ahora hace un poco de frío, porque al ser tan antigua la casa no está muy bien aislada, pero en primavera, esto va a ser el cielo.

Bicos!
 
     

domingo, 10 de febrero de 2013

Seollal


                                                      

Hoy es el Año Nuevo según el calendario lunar. 
Es el año de la serpiente.
Los coreanos lo llaman Seollal, y consiste en tres días festivos el que antecede al año nuevo, y el de después. 
Es la celebración más importante para los coreanos. 
La gente se reúne con sus familias y cenan un montón de platos maravillosos, entres los que se encuentra el Tteok, una pasta de arroz que sirve para hacer pasteles, galletas y demás. 
Este es el postre tradicional coreano por excelencia, que se solía consumir cuando nacía un bebé o para celebrar el aniversario de la muerte de alguien.
Hoy en día está un poco de capa caída debido a la influencia occidental que ha traído los cafés como Starbucks y con ellos, las guarradas occidentales.
Pero hay un movimiento de reivindicación de este postre, que parece ser que es bajo en azúcares y más sano que el resto.  
A mi, no me gusta nada.
 



Hoy nos fuimos a Namsangol, que es una aldea tradicional coreana en el medio de la ciudad.
Allí estaban celebrando el Seollal con actuaciones de música y juegos tradicionales.







 Aqui están haciendo el Tteok, se aplasta una cantidad de arroz hecho al vapor hasta que se crea una masa consistente.



 Durante el Seollal, las familias preparan una cena especial, que consta de un montón de platos como ofrenda para sus ancestros. Quienes supuestamente, vuelven ese día para disfrutar de la cena con su familia.




                  
                                          











 Aqui los niños coloreaban peonzas de madera. También había cometas para pintar y más juegos.









                                                 







martes, 5 de febrero de 2013

Y más nieve todavía

Hoy volvió a nevar y allá nos fuimos a ver la montaña que hay al lado de casa.