Batucada por Fukushima

El sábado hizo dos años de la explosión de la central nuclear de Fukushima, así que había convocadas manifestaciones en todas las ciudades, supongo que también en España.

Así que allí nos fuimos, toda la panda de la casa de batucada. 

A Escola Alegría, con sus alumnos hacía una batucada junto con otra escuela de samba.

Dos escuelas de samba, y todas de coreanos, ver para creer.

A mi me dieron un cacharro de madera con cuentas de colores y hala! a hacer ruido.

Fué de lo más curioso, no hay nada más civilizado y planificado que una manifestación coreana. Cada uno tiene su función, y está todo organizado para seguir un horario. Hay conciertos todo el tiempo, y para cerrar, la batucada con la que rodeamos una manzana y vovimos al punto de partida. Suuuper emocionante.

El de verde que salta es Sinho, nuestro compañero de piso y director de la Escuela Alegría. Aquí estaba de subidón, es super gracioso. Está en su salsa cuando hay música brasileira.

Había que ir de verde o amarillo, claro.

Por eso llevo ese polar horrendo que me dejó Sinho, si no que te crees.

Estas dos son unas lerchas tremendas. La de la derecha es la camarera del bar de la Escuela de samba, y la otra es alumna y colega de todos. Son muy simpáticas.

 

Este grandullón de verde que se ve en el medio, es el yanqui que vive con nosotros. Es muy majo, arquitecto en EEUU pero profesor de inglés aquí. Es muy práctico en las grandes concentraciones de personal, quedamos donde Michael, eh, si te pierdes ve donde Michael, etc.

¿Dónde está Wally?

Ahora que veo la foto, me doy cuenta de que la media de edad debe de ser de unos 20 años. Aunque estos son alumnos de las escuelas, yo no tengo nada que ver con ellos, que conste. Igualmente, siempre acabo rodeada de gente super joven. Menos mal que en casa somos todos de 30 para arriba... 
Así estamos todo el día, que si hay que subir la montaña, que si haz más deporte, hablando de plantas que te hacen conservarte joven toda la vida y cosas así. 
Ya me han comido el tarro y voy a empezar a tomar una cosa que se llama Asaí, que se hace con el fruto de las palmeras de Brasil, y que parece ser que es maravilloso y rejuvenecedor. Cuando vuelva tengo tres años menos.

  

   Después nos fuimos de barbecue, como no!