Después de varios trenes, dos vuelos, varias horas de espera en los aeropuertos, y un metro, llegamos a nuestro querido y feo barrio suburbial de Corea.
Esta vez no he provocado ninguna catástrofe en Japón, pero cuando nada más llegar, nos hemos enterado de que estamos en guerra. Cada año me supero a mí misma.
Con la resaca japonesa y todo el lío, no pensamos mucho en eso, yo creo que el Kim va de farol.
A ver si es verdad.
Tengo taaantas fotos, y tantas cosas que contar, que ya no me acuerdo de nada, así que iré poco a poco. De momento, os pongo fotos molonas.
Básicamente, hay cuatro grupos de fotos; templos, comida, bambú y ciervos.
Los ciervos estaban en los jardines de un templo en Nara. Una ciudad que está cerca de Kioto.
El templo es una pasada, pero no he subido fotos, eso a su debido tiempo. Hoy, ciervos.
Eran riquiñísimos, te perseguían para que les dieras de comer unas galletas que venden allí unas señoras, que yo no sé como hacen para no ser devoradas por las ordas de ciervos que las rodean.
Son muy tranquilos, los puedes tocar y todo.
Al principio daba un poco de mal rollo, pero luego te das cuenta de que no viven tan mal. Supuestamente, son mensajeros de los dioses, y viven en el bosque que hay pegado al templo.
Los templos, no voy a hablar de ellos, porque realmente no me acuerdo de nada. Hemos visto tantos y tan parecidos, que es imposible saber cual es cual. Viendo las fotos, no sé ni siquiera en que ciudad están. Para que entedais de lo que hablo, basta con decir que en Kioto, hay 1600 templos y 400 santuarios. Con eso está todo dicho.
Los santuarios sintoístas tienen unas puertas, que se llaman Tori que separan el mundo terrenal del de los Dioses. Así que cuando las cruzas, entras en el mundo de los Dioses. Que normalmente son animales, o cosas muy normalitas como por ejemplo el hielo (¿?).
El ritual consiste en lo siguiente; Cruzas la puerta, hechas una moneda, haces una reverencia, das un aplauso, le rezas un avemaría o lo que corresponda en este caso, vuelves a aplaudir, y listo.
La comida; Maravillosa.
Comimos sushi y shashimi en el mercado de Tsukiji,
que tiene la lonja de pescado más grande del mundo.
Es donde hacen la lonja de los super atunes enormes.
Si queres ir a verlo te tienes que levantar a las 4:00 de la mañana para estar allí puntual, y aún así, a veces ni siquiera te dejan entrar. Parece que sólo dejan pasar a un número reducido de turistas. No me extraña. Vaya coñazo, tú ahí currando como un loco desde las mil llevando los atunes de aquí para allá, y una alemana gorda sacándote fotos con flash...
Por supuesto, nosotros que no somos muy de madrugar, fuimos tranquilamente a las 9.00, a la hora a la que hay que ir, según mi punto de vista.
Realmente es un mercado enorme, pero para alguien que está familiarizado con los mercados de pescado, no es algo tan especial. Supongo que a los guiris les encantará, pero yo eché de menos a las pesqueiras de la Plaza de Lugo que te gritar, a ver rrrrrulaaaaa lévate isto!!!!
Forza Depor!
Anguila a la brasa con arroz!! Uno de mis platos favoritos.
Hay varios bosques de bambú. Son maravillosos. Este estaba al lado de un templo, como no.
