lunes, 1 de julio de 2013

Last day

Hoy es el último día en Corea. Hemos hecho las maletas, y como hemos podido, hemos metido los kimonos, la cerámica,
las cámaras de fotos, los pósters coreanos, la ropa y los ordenadores, en 23 kilos cada uno (más o menos) y un bolso de mano. Increíble. 
También está el tema del visado, se nos terminó el día 28, así que estamos de ilegales. Va ser emocionante hasta el final, como siempre. Espero que no nos den mucho la brasa y nos dejen pasar sin más. Total por tres días...
Ayer fuimos a cenar con Park y Sally a su antiguo restaurante japonés. Lo vendió, montó un guesthouse que se llama Casa Pepe en su casa, y alquiló un local pequeñito cerca, donde va a abrir en breve, Tempura Park. Un sitio donde sólo se sirve tempura, al estilo japonés. Porque Corea tiene su propia tempura estilo coreano, una trapallada. 
Así que ayer primero cenamos en su antiguo restaurante que ahora lo lleva otra gente, pero donde sigue trabajando en las cenas, ya que no les iba nadie, y lo llamaron. Después, fuimos a su nuevo restaurante de Tempura, y lo inauguró para nosotros. Nos hizo una tempura deliciosa, allí en directo. Tempura y vino, que más se puede pedir.














Comimos tanto, que nos costó dormirnos, pero la última cena en Corea no podía ser de otra manera. 

La verdad es que ya apetece estar en Coruña, donde siempre sopla el viento. Aquí no hay manera, cuando hace viento, parece que estás bajo un secador de pelo. El sábado hizo 34 grados y con una humedad terrible, no puedes hacer nada sin empezar a sudar. Dormir con las ventanas abiertas y que entre la brisa, eso es algo que ya no recuerdo. Aquí si corres las cortinas te comen los bichos, y si no las corres, olvídate de respirar. 
En fin, es lo que tiene Asia, tierra de contrastes.
Nosotros somos más de Galicia, donde nunca hace ni frío ni calor, e onde nunca choveu sen que escampara.
Allá imos terra galega!

jueves, 20 de junio de 2013

Despedida tras despedida

El día 1 de Julio nos vamos de Seúl. 
Se acabaron las sopas, los fideos con pollo, las empanadillas de cerdo con puerro, las tortillas con gambas, los fideos fríos con pepino, el pollo frito, la cerveza mala malísima, el té verde, y los pasteles rellenos de miel con almendras. 

Se acabaron los días calurosos y el olor a kimchi por toda la casa. Los perros patada con orejas de color rosa, las ajummas que te empujan en el metro, los coreanos gritando desde sus casas. Ya no veremos más iglesias con cruces rojas que parece que están en llamas, ni el río Han, ni los Palacios Reales, ni los templos budistas con sus monjes silenciosos, ni las tiendas de pinceles de cola de caballo. No iremos más a Hongik a cenar y pasear entre cientos de adolescentes coreanos que se creen "super cool". 
Echaremos de menos a los franceses que se emborrachan hasta perder el sentido, a Michael que le gusta que le rían las gracias y vive entre una "blind date" y otra. 
A Seulbi, que casi no la conocemos porque no habla inglés pero que lleva viviendo con nosotros cinco meses y nos parece estupenda.
A Soyoung, que tiene rasgos mongoles, que nos ayuda a encontrar las cosas más raras y que te dice las cosas tal y como son. A Seungho, porque es una de las personas más riquiñas que hemos conocido nunca. Los domingos con Park y Sally comiendo hasta reventar e intentando mantener una conversación en tres idiomas.

Y por supuesto, nuestra casita maravillosa donde sólo se escuchan los pájaros y los ladridos de los perros.
Nuestro magnolio, y nuestras lechugas.
La tienda de enfrente y el mercado de las ajummas.
El "resuelve", donde comemos casi todos los días por 3 euros.
Al chico del gimnasio, que era culturista y nos da zumo de uva.

Pero volvemos a la estrella galicia, las croquetas, la tortilla de patatas de verdad, el jamón, el vino blanco!, la comida de la abuela (de Mónica), las tapas del Malte y el caldo gallego.
La plaza de Vigo, el Obelisco, la Calle Real y Monte Alto.
El Polvorín, el Puticlub, la Mardigrass y el bar de Juan.
Y sobre todo, a la lluvia!




 
 
Fotos de la fiesta de despedida I (sábado pasado).


domingo, 9 de junio de 2013

Yeongsanjae

El martes fuimos al Templo Bongwonsa, un Templo budista de la orden Taego, la segunda orden más grande del budismo coreano. El Templo data del año 1748 y el martes celebraba el Yeongsanjae, una ceremonia que se celebra una vez al año, el 6 de Junio, para honrar a Buda y que los vivos y los muertos encuentren la luz de nosequé nosecuantos y un lío que te cagas. Si a alguien le interesa lo puede leer aquí; //bongwonsa.or.kr/eng/sub3/sub3_1.html?PHPSESSID=59f7d1c125edb55df812eee728286904)

Pues allí nos fuimos, bajo un sol abrasador y como 30 grados, a sacar fotos a los monjes, que te son bien riquiños. Estaba por supuesto, petado de ajummas, y nosotros, los dos guiris.