jueves, 20 de junio de 2013

Despedida tras despedida

El día 1 de Julio nos vamos de Seúl. 
Se acabaron las sopas, los fideos con pollo, las empanadillas de cerdo con puerro, las tortillas con gambas, los fideos fríos con pepino, el pollo frito, la cerveza mala malísima, el té verde, y los pasteles rellenos de miel con almendras. 

Se acabaron los días calurosos y el olor a kimchi por toda la casa. Los perros patada con orejas de color rosa, las ajummas que te empujan en el metro, los coreanos gritando desde sus casas. Ya no veremos más iglesias con cruces rojas que parece que están en llamas, ni el río Han, ni los Palacios Reales, ni los templos budistas con sus monjes silenciosos, ni las tiendas de pinceles de cola de caballo. No iremos más a Hongik a cenar y pasear entre cientos de adolescentes coreanos que se creen "super cool". 
Echaremos de menos a los franceses que se emborrachan hasta perder el sentido, a Michael que le gusta que le rían las gracias y vive entre una "blind date" y otra. 
A Seulbi, que casi no la conocemos porque no habla inglés pero que lleva viviendo con nosotros cinco meses y nos parece estupenda.
A Soyoung, que tiene rasgos mongoles, que nos ayuda a encontrar las cosas más raras y que te dice las cosas tal y como son. A Seungho, porque es una de las personas más riquiñas que hemos conocido nunca. Los domingos con Park y Sally comiendo hasta reventar e intentando mantener una conversación en tres idiomas.

Y por supuesto, nuestra casita maravillosa donde sólo se escuchan los pájaros y los ladridos de los perros.
Nuestro magnolio, y nuestras lechugas.
La tienda de enfrente y el mercado de las ajummas.
El "resuelve", donde comemos casi todos los días por 3 euros.
Al chico del gimnasio, que era culturista y nos da zumo de uva.

Pero volvemos a la estrella galicia, las croquetas, la tortilla de patatas de verdad, el jamón, el vino blanco!, la comida de la abuela (de Mónica), las tapas del Malte y el caldo gallego.
La plaza de Vigo, el Obelisco, la Calle Real y Monte Alto.
El Polvorín, el Puticlub, la Mardigrass y el bar de Juan.
Y sobre todo, a la lluvia!




 
 
Fotos de la fiesta de despedida I (sábado pasado).


domingo, 9 de junio de 2013

Yeongsanjae

El martes fuimos al Templo Bongwonsa, un Templo budista de la orden Taego, la segunda orden más grande del budismo coreano. El Templo data del año 1748 y el martes celebraba el Yeongsanjae, una ceremonia que se celebra una vez al año, el 6 de Junio, para honrar a Buda y que los vivos y los muertos encuentren la luz de nosequé nosecuantos y un lío que te cagas. Si a alguien le interesa lo puede leer aquí; //bongwonsa.or.kr/eng/sub3/sub3_1.html?PHPSESSID=59f7d1c125edb55df812eee728286904)

Pues allí nos fuimos, bajo un sol abrasador y como 30 grados, a sacar fotos a los monjes, que te son bien riquiños. Estaba por supuesto, petado de ajummas, y nosotros, los dos guiris.















































Calor que te torras

Es domingo y hace un calor que se te va la olla.
 31 grados, pero la sensación térmica es de 35, porque el aire que sopla (cuando sopla) es super caliente.
Eso sí, hace un día precioso, y yo, como gallega que soy, estoy encantada con este tiempo.
Lo de estar en camiseta por la noche, y en chanclas todo el día, es maravilloso.
El calor empezó hace tres semanas, y ya no para. Hace siempre bueno, aunque yo me sigo preguntando siempre, ¿hoy lloverá?, Coruña me ha traumatizado. 
Pero no, aquí nunca llueve, sólo dos días cada dos semanas. Pero este verano maravilloso es breve porque creo que en Julio ya empieza el diluvio universal, y ya no para hasta finales de Agosto. Me pego un tiro. Menos mal que en Julio ya nos volvemos, y espero que directos a la playa. Porque estar aqui con este calor y saber que no hay escapatoria, que no hay playa por ningún lado, es una crueldad.
No sé porque alguien elegiría voluntariamente vivir en un sitio en el que hiciera muchisimo calor y no hubiera playa.
Pero que tontería es esa!

Hoy he tomado el sol en el jardín, que tiene esta pinta.
 









Quien lo iba a decir, con lo chungo que parecía en invierno. Desde luego, no sé nada sobre la naturaleza,
yo pensaba que estaba todo muerto, y ya ves, ha sido salir el sol, y ahora tenemos un vergel.
Casi cortamos unos matojos horribles que al final resultaron ser unas plantas preciosas que dieron un montón de mini rosas blancas.

Por lo menos ahora ya sé que no todo es esta vida es de hoja perenne.